En el Museo Metropolitano de Nueva York, una muestra repasa la influencia del género en la alta costura. Y resume las contradicciones del viejo lema “hacelo vos mismo” en una sociedad dominada por las fuerzas del mercado.
“Punk: Chaos to Couture”
// Por Nicolás Artusi / Desde Nueva York
Un vestido de noche, todo faldones, escotes y volados, confeccionado con bolsas de basura. Un crimen para la policía de la moda: ¡nailon en el imperio de la alta costura! La recoleta pasarela del primer piso del Museo Metropolitan de Nueva York se levanta imponente sobre la Quinta Avenida, obscena de pompa y circunstancia, y a metros del mítico templo egipcio de Dendur, una réplica a escala 1:1 del baño del bar CBGB consagra un nuevo orden de cosas en la cultura. La muestra Punk: Chaos to Couture (“del caos a la costura”) examina el impacto del punk en la moda desde sus ríspidos inicios a principios de los ’70 hasta hoy, cuando parece engullido por el mercado y cualquier telecomedia juvenil de Disney incluye a un niño díscolo con cresta y alfileres de gancho entre sus personajes, como ingenuo arquetipo del “rebelde”. Sigue leyendo