Habla Goggi, el bajista de Sigur Ros, una banda del más allá donde los músicos se sienten mediums.
// Por Nicolás Artusi
Música para tirarse al vacío o canciones para flotar: Tom Cruise se despeina en la terraza de un rascacielos en Vanilla Sky, con la misma pulsión inconsciente del que se asoma a la baranda de un balcón: saltar. Y lo que se oye es Sigur Rós, el soundtrack perfecto para la aventura onírica, tocando la canción que resume su “espíritu”: The Nothing Song. ¿Qué hace un islandés cuando se aburre? Nada. Sigur Rós nació en agosto de 1994, el mismo día que Sigurrós (o “Victoria Rosa”), la hermanita del cantante Jónsi. Y desde entonces, ofreció su rock insular sólo a una camarilla de entendidos, abusó de su “imagen de personas serias y ausentes”, al decir de Jónsi, y le esquivó a la masividad hasta Takk (“Gracias”), el disco sindicado como el más “popular y fácil” de Sigur Rós. “Le tendrías que preguntar a la discográfica si es el más popular”, le dice al Sí! el bajista Georg Hólm (29, alias “Goggi”), por teléfono y en inglés. “Pero, sí: probablemente sea el más fácil”. Sigue leyendo