Los estudios buscan películas de superhéroes para seducir con sagas interminables.
Líneas de tiempo: corresponsal cultural
El hombre más buscado de Hollywood no es un director ni un productor ni un actor taquillero: es un personal trainer. O “gurú del fitness”, como lo promueven sus representantes. En nueve meses, Mark Twight se dice capaz de gestar un cuerpo nuevo: lo hizo con los actores de la película 300, flacuchos espartanos a los que convirtió en gigantes hercúleos capaces de ganar batallas sin un rasguño, y con los de Batman versus Superman, entre muchos otros tanques: si el poder iniciático de un superhéroe es aquel capaz de transformar a un alfeñique de 44 kilos en un Atlas, el entrenador usa los métodos extremos del ejército estadounidense para sacar el musculito o eliminar el rollo ahí donde haga falta. Y así confirma las prioridades de un fenómeno de época: suena lógico que en tiempos de películas anabolizadas, un personal trainer obtenga los presupuestos más inflados. Sigue leyendo