En tiempos de adoración por lo horroroso, el músico Juiceboxxx se toma revancha.
Líneas de tiempo: corresponsal cultural
Los movimientos espásticos, los versos sin rima, los ojos desenfocados, la falta general de gracia al moverse o hablar: como crédito local, el músico Juiceboxxx estaba invitado a un canal de televisión en su Milwaukee natal pero su presentación fue tan desastrosa que en poco tiempo se convirtió en una celebridad internacional de mala manera: en Internet, un meme (la forma digital del brulote) lo consagró como “el peor rapero del mundo”. Es tiempo de revancha. Ahora, la publicación de un libro sobre su vida, veintisiete años sin mayores emociones ni gestas heroicas, despierta la curiosidad sobre el que apenas era conocido por su talento mediocre: el peor rapero del mundo hoy es un artista de culto. En The Next Next Level, el periodista estadounidense Leon Neyfakh reconstruye la épica módica de aquel que desea triunfar en el espectáculo a cualquier precio, reflexiona sobre las tensas relaciones entre el artista y el público y relata un fenómeno de época: la adoración por lo horroroso, que pudo empezar con el fanatismo por las películas de Ed Wood y John Waters y seguir con la música de Wendy Sulca o La tigresa del Oriente, y que hoy abunda en videítos virales con cantantes que desafinan o bailarines con mala pata. Sigue leyendo