Los próximos años del comercio minorista estarán enfocados en la “experiencia del cliente”. Según la cadena Nordstrom, que tiene 234 tiendas departamentales repartidas por los Estados Unidos, la tecnología va a ofrecer nuevas opciones para redefinir el acto de comprar. En un futuro cercano habrá probadores digitales, con simuladores que mostrarán a los clientes cómo queda la ropa sin tener que ponérsela (Intel ya desarrolló un “espejo inteligente” que muestra al comprador con sus nuevas prendas); impresoras 3D que permitirán replicar cualquier producto en el hogar; smartphones que compilarán todos los gustos de su dueño; celulares que serán registradoras móviles: desaparecerá la línea de cajas. Las tiendas seguirán abiertas, pero sólo como espacios para probar “sensorialmente” los artículos: el mayor volumen de ventas será a través de Internet porque ya no importará “dónde” se compre. Según Nordstrom, podrá ser en casa, en el auto o en el subte.
Todo converge en la convervengcia